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Un rojiblanco muy gris y rozando el negro

Iniciado por melli77, Oct 24, 2024, 09:59:19

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Varapalo para el Atlético de Madrid, que acabó cediendo ante el Lille (1-3) en un choque que tuvo controlado en todo momento y donde las mejores ocasiones cayeron de su lado, incluso poniéndose por delante en el marcador. El empate desconcertó a los rojiblancos, que se vinieron abajo tras un dudoso penalti pitado por Marco Guida y tocaron fondo con el tercero, obra de Jonathan David.

El negro es el color del luto. Es la ausencia de luz y la llegada de la penumbra. Algo que, perfectamente, se puede trasladar a la sensación que sintió el Atlético de Madrid tras su derrota ante el Lille. Y sí, cierto es que los rojiblancos dominaron el encuentro, tuvieron las mejores ocasiones de gol e incluso se vieron perjudicados por un penalti en contra, a mi juicio, inexistente. No obstante, esa realidad no puede ocultar que, una vez más, el conjunto dirigido por el Cholo Simeone dejó escapar una oportunidad, con todo a su favor, siendo superior, pero sin tener la capacidad y la convicción de cerrar un encuentro. Eso es un problema y no hay estrella, goles o fichajes que lo tapen.

Las hostilidades casi comienzan con descalabro, pues, Giménez pecó de inocencia y regaló la pelota al contrario, dejando la primera ocasión del partido en las botas de Fernández-Pardo a los 18 segundos. Menos mal que este no acertó con su disparo.

La parte positiva de esto fue que eso le sirvió al Atleti como toque de atención, pues en la jugada siguiente, Sorloth pudo inaugurar el marcador. El delantero noruego le ganó la posición a su defensor, pero a la hora de definir ante Chevalier, este golpeó al suelo y la pelota se marchó fuera.

El partido se convirtió en un ida y vuelta constante en los primeros compases del choque. Un vaivén que, casi siempre, suele beneficiar a los del Cholo. Esta vez fue así y la suerte se decantó del lado rojiblanco. Toruré se confió y quiso jugar con su portero, algo de lo que se percató Julián Álvarez, que le robó la cartera y definió al palo largo para que el 1-0 subiera al marcador.

El Lille no quiso venirse abajo y trató de recomponerse en busca del empate. No obstante, el Atlético estaba muy bien colocado y apenas le dejó espacios a su rival. De hecho, en cuanto perdía la pelota, el conjunto rojiblanco salía como perro de presa a recuperarlo. Algo que ejecutó a la perfección y sin ninguna crítica.

Entretanto, Sorloth siguió peleado con el gol. En el 21', el delantero noruego volvió a errar un mano a mano ante Chevalier, tratando de picar la pelota y desperdiciando una ocasión manifiesta. Pero aún tuvo tiempo para otra más. Otra maravilla de pase de Griezmann al área pequeña, donde apareció el '9' desde atrás, pero no puso el pie bien y la pelota se fue arriba.

Estaba perdonando mucho el Atlético. Demasiado. Y, por desgracia, en la parroquia 'colchonera' ya se sabe como acaba eso. Sin ánimo de ser agorero, eso sí, pues cuando el partido llegó al tiempo de descanso, nadie pudo imaginarse que lo peor estaba por venir.
La rutina de la relajación

Estaba claro que el Lille iba a dar un paso adelante en la segunda parte y así fue. Los 'dogos' quisieron sacar partido de su velocidad por las bandas y generar peligro a los 'colchoneros'. Sin llegar a renunciar por completo al ataque, el Atleti dio un paso atrás y perdió frescura arriba.

Eso hizo que los pupilos de Bruno Génesio creyesen en que, si otros lo habían hecho, ¿por qué ellos no? ¿Por qué no iban a conseguir el empate? Así pues, en una jugada que vino precedida de un error de Gallagher en la salida del balón, Zhegrova sacó a pasar el guante que tiene en su pierna y marcó un golazo, previo toque de Giménez, para colocar el 1-1.

Volvió a saltar la alarma en el Atlético de Madrid. Los jugadores se activaron y metieron una marcha más para no perder la superioridad que, hasta el momento, había gozado. Sin embargo, la falta de puntería también siguió presente.

El ridículo penalti de la incredulidad

El partido alcanzó el minuto 71 y, en un barullo en el área, Marco Guida se echó la mano al silbato y señaló el punto de penalti. Los jugadores y el banquillo del Atlético se llevaron las manos a la cabeza, totalmente incrédulos y sin creer que esa acción había acabado en penalti. No obstante, el italiano escuchó al VAR... y ratificó su decisión.

 André le da al balón con la mano previamente y, cuando este se está cayendo, Koke roza ligeramente su pierna. No lo desequilibra en ningún momento porque ya se estaba cayendo. Es ridículo. Jonathan David cogió carrerilla, engañó a Oblak y colocó el 1-2 en el marcador.

El Metropolitano se quedó helado. No se escuchaba una mosca. Los jugadores estaban fríos y cabizbajos. Pero había que remar o, al menos, intentarlo. Eso hizo el Atleti en los minutos finales. Primero, con una jugada de Lino por la izquierda, recortando hacia dentro y disparando a palo largo. Rozó lo justo Chevalier para despejar la pelota y evitar el empate. Justo después, Giuliano, en un balón muerto, con un zapatazo en el interior del área, pero despejado por Alexsandro en el mismo área chica.

Para colmo, justo antes de mostrar los 6 minutos de añadido, el Lille aumentó la condena. Sahraoui dejó tirado a Giuliano y metió el balón al área. No remató bien Gudmundsson, pero la pelota le llegó a Jonathan David, que disparó a portería y la pelota, que tocó en Reinildo, se marchó al fondo de la red. 1-3 y decepción asegurada.

Quiso, pero no pudo el Atleti en los últimos minutos de un partido que no se olvidará fácilmente en el Metropolitano. Derrota de las que duelen, y mucho, y que deja a los del Cholo Simeone con solo tres puntos y en una situación muy complicada para avanzar a la siguiente ronda, ya sea vía octavos o dieciseisavos. El 'dramático' de Madrid aparece de nuevo.
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