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Ayoze Pérez, de vuelta tras su lesión, marcó en el tramo final de un partido en el que el mejor fue Karl Hein, portero del Valladolid y autor de muchas paradas que hicieron soñar con el empate al Valladolid.

Al Villarreal le gustan los finales de partido, especialmente si Ayoze se encuentra en el campo. El canario, de vuelta tras la lesión, volvió a ser determinante para un conjunto 'groguet' que sueña con estar la próxima temporada en la Champions League.

No lo tuvo fácil este sábado, pues enfrente se encontró a un Valladolid con mucho coraje y a un Karl Hein que empieza a demostrar por qué el Valladolid ha confiado en él para luchar por la permanencia. Partidazo del cancerbero cedido por el Arsenal que, pese a todo, fue de manera infructuosa.

Fue mejor el Villarreal en el compendio de los 90 minutos, pero cuando mejor estaba, el Valladolid aprovechó un error inocente de Logan Costa para volver a meter miedo a un conjunto 'groguet' que ya perdonó la pasada semana.

Sin embargo, con quien no contaba Marcelino en aquel entonces es con un Ayoze enamorado de los finales. De nuevo volvió a aparecer el isleño para dar la victoria de su equipo, para anotar su séptimo tanto de la temporada, para meter al Villarreal en posiciones de Champions League.

Antes, el Villarreal ya sondeó la portería de Hein. En la primera mitad, gracias a las acometidas de Ilias, que se desató más aún en la segunda mitad. De sus botas nacieron las mejores ocasiones previas al primer tanto del partido, que llevó la firma de Barry. El delantero, desacertado hasta entonces, le ganó la partida a Javi Sánchez para marcar tras un gran centro de Kiko Femenía y poner el 0-1 en el marcador.

El Valladolid no jugó mal. De hecho, recibió el tanto cuando mejor estaba. Pero se vio sorprendido por el nivel que mostró el Villarreal en la segunda mitad, especialmente cuando Baena quiso aparecer. El almeriense dio un clínic en los segundos 45 minutos, cuando se deciden los partidos.

Al igual que ocurriera en la primera mitad, cuando mejor estaba el rival fue cuando llegó el tanto. Un penalti absurdo de Logan Costa, que llegó muy tarde a una acción con Sylla, fue la cornisa a la que se agarró el Valladolid para salir del descenso. El propio Sylla, al igual que hiciese en Vitoria, se encargó de materializarlo.

Las entradas de Ayoze y Gueye terminó por decantar el tablero de ajedrez hacia la portería de Hein. Dio Marcelino más solidez y llegada desde el centro del campo y comenzaron a aparecer la sparadas de Hein. Una, y otra, y otra para desquiciar al Villarreal, al propio Gueye y a Baena.

No pudo, sin embargo, parar lo inevitable, que Ayoze se reencontrase con el gol el día de su vuelta a los terrenos de juego y en el tramo final. Porque Ayoze está inevitablemente unido al tramo donde se deciden los partidos, donde es más determinante.