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Carlos Alcaraz sufre para pasar a octavos de Roland Garros ante un Dzumhur que a

Iniciado por melli77, May 31, 2025, 09:19:55

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Carlos Alcaraz sufre para pasar a octavos de Roland Garros ante un Dzumhur que amenazó con la remontada

  • El de El Palmar venció al bosnio en cuatro sets (1-6/3-6/6-4/4-6) y se medirá a Shelton en octavos.

Carlos Alcaraz ya está en octavos de final. El tenista murciano, que defiende el título en París, se llevó un sufrido partido (1-6/3-6/6-4/4-6) ante un Damir Dzumhur que amenazó con la remontada en el cuarto set, y se medirá a Ben Shelton en la siguiente ronda.
El español encadena 10triunfos consecutivos en el torneo, donde solo ha cosechado tres derrotas, y se medirá por un puesto en cuartos con el estadounidense Ben Shelton, favorito número 13, al que ha derrotado en los dos duelos anteriores.

Alcaraz rozó el drama, tuvo que sudar tinta para sacar adelante un encuentro que se le complicó, un melodrama en dos actos, que a punto estuvo de costarle el buen ritmo que lleva en la tierra batida.
"Es difícil jugar a alto nivel tantas horas", aseguró el español, que señaló que por la noche la bola es más pesada lo que le obligó a ir "a tope".
Su reacción final salvó lo esencial, la decimoctava victoria en tierra batida del año, la decimoquinta en París desde mayo pasado, incluido la victoria en el torneo en 2024 y el camino a la plata olímpica.
Superó la trampa que le tendió Dzumhur para seguir adelante en su búsqueda de revalidar el título de Roland Garros, algo que solo dos tenistas han conseguido en el siglo XXI, el brasileño Gustavo Kuerten y su compatriota Rafa Nadal.


Alcaraz sufrió una desconexión total tras apuntarse los dos primeros sets de forma sencilla y después de que con el marcador 3-2 en el tercero el balcánico pidiera asistencia médica.
Ahí empezó otro duelo, en el que el bosnio, viejo zorro curtido en mil batallas y no solo en las pistas de tenis, se creció, se quitó la piel de cordero que había mantenido hasta entonces y el partido cambió de signo.
Sereno hasta ese momento, convencido de poder solventar sin rasguños el duelo nocturno, al español le entraron prisas y dudas, dos malas consejeras que le sacaron del partido, le dejaron a merced de un rival astuto, provisto de un amplio abanico de golpes que le pusieron al borde del precipicio.
El del Palmar miraba más el reloj que la bola, pensaba más en los desmanes que en su preparación podía causar la madrugada de cara a lo que restaba de torneo, sin darse cuenta de que quizá no habría más futuro.
Dzumhur, con el que hasta ese momento había jugado como el gato que no quiere aun zamparse al ratón, empezó a dominar la madeja, a hechizar al español, que multiplicó los fallos, seis bolas de rotura derrochadas y 20 errores en el tercer set, que se escapó como centella.
Alcaraz no se divertía, no parecía el mismo que había despachado bien las dos primeras mangas, al trantrán, lo que auguraba un turno fácil, nada que hiciera presagiar la tormenta que se avecinaba.
Se vio de repente con el fango hasta las rodillas, en medio de una trampa que le bloqueaba, incapaz de disfrutar ni de sudar la camiseta. Vagaba por la pista como un alma en pena convirtiendo al rival en un portento, como si de pronto se hubieran cambiado los papeles y ahora le tocara al español ser la víctima.
El bosnio rompió de entrada en el primer juego del cuarto set y todos los fantasmas empezaron a sobrevolar la Philippe Chatrier, se olía el drama del campeón, que no lograba concretar su tenis. Otras tres bolas de rotura partían a la nada y Dzumhur se frotaba ya las manos con un saque para 4-2.
Ahí le tembló el pulso al balcánico y Alcaraz encontró oxígeno, encadenó de nuevo buenos golpes y recuperó el servicio, empató la contienda, encadenó cuatro seguidos y dispuso de un servicio para cerrar el partido.
Pero de nuevo se enredó y alargó todavía más la agonía. Fue al siguiente juego de servicio de su rival, a la segunda bola de partido cuando consiguió cerrar el duelo que empezó feliz y acabó dramático.
En su camino a los cuartos de final aparece Shelton, que jugará los octavos por vez primera en su carrera a costa del italiano Matteo Gigante, procedente de la fase previa, 6-3, 6-3 y 6-4, uno de los responsables del renacer del tenis estadounidense en este Roland Garros, que contará con tres octavofinalistas por vez primera en 30 años.
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