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Luis Enrique se lleva el primer asalto ante Arteta gracias a Dembélé y Donnarumma (0-1)

El PSG asaltó el Emirates tras una gran primera parte. El gol de Dembélé y las paradas de Donnarumma sostuvieron a los franceses ante un Arsenal al que le faltó mucha claridad en fase ofensiva.

Arteta y Luis Enrique se vieron las caras en Londres para dar el pistoletazo de salida a las semifinales de la máxima competición europea.

Un Emirates repleto buscaba aupar a los suyos hacia la victoria para acercarse a su segunda final de la historia. La primera la perdió en 2006 frente al Barcelona. Los parisinos, acostumbrados a que en este tipo de escenarios les tiemblen las piernas, querían demostrar que jugar la final del 2020 no fue un espejismo y que sin Mbappé no se vive tan mal.

Dembelé desequilibra la balanza

El PSG salió mandón, moviendo sin cesar la pelota y con el objetivo de confundir a la difícilmente franqueable línea defensiva del Arsenal.

La inteligencia de jugadores como Fabián, que arrastró con un gran desmarque al lateral derecho rival, permitió a Kvaratskhelia pensar y buscar compañeros dentro del área. Intentando cubrir todos los huecos, los locales acumularon hombres en el área cometiendo el error de dejar solo al jugador más en forma de los franceses. Dembélé, haciendo honor a su mote, apareció cuando nadie lo esperaba. El mosquito enganchó el pase del georgiano e introdujo el balón
en la meta de Raya después de que el esférico rebotase en la madera.

Cuatro minutos bastaron para que el conjunto galo dejase su impronta en la eliminatoria. Tras haber eliminado al Real Madrid, uno de los favoritos, el Arsenal parecía desorientado.

Las salidas en falso de Donnarumma y su fortaleza en las jugadas a balón parado parecían el único resquicio de luz en la estrategia de Arteta, al menos hasta que empezasen a brillar sus estrellas.

El ritmo era frenético y el Arsenal se hizo con el control del balón, pero los visitantes daban más sensación de peligro. El tridente ofensivo del PSG volvió a la carga y una jugada de Dembélé acabó en las botas de Doué, que obligó al portero menos goleado de la Premier a sacar una mano de mucho mérito para evitar el segundo.

Poco a poco, el equipo de Arteta fue ganando metros en la batalla y el fervor del estadio londinense dio un gran impulso a los suyos. Saka fue uno de los principales responsables de embotellar al PSG, y la más clara para los ingleses llegó en el descuento del primer tiempo.

Lewis Skelly condujo con mucha confianza a la vez que rompía líneas y, con una claridad impropia para su edad, dejó a Martinelli completamente solo ante Donnarumma. El italiano, que estaba siendo el eslabón menos fiable de su equipo, le ganó el duelo al brasileño para mantener la ventaja al descanso.

Donnarumma sostiene a los suyos

Donde las dan las toman. Al menos eso debieron pensar los gunners nada más pitar Vincic el inicio de los segundos 45 minutos. Mikel Merino provocó una falta en tres cuartos de campo al comenzar la segunda mitad. Rice la botó dentro del área con mucha clase y el vasco atacó la pelota como un ariete canónico. Sin embargo, su gol se anuló tras el suspense del VAR porque estaba adelantado por la mínima.

Rice se volvió a vestir de mago para dejar solo a Trossard ante el guardameta rival. El belga cruzó el balón con mucha potencia, pero a Donnarumma se le estaba poniendo cara de salvador. El canterano del Milan sacó una mano de muchos quilates para mantener el 0-1.

Fueron los peores momentos del PSG y los mejores del Arsenal, que decidió coger el toro por los cuarnos e ir con todo a por el empate. Además, Dembélé se marchó lesionado.

Sin embargo, con el paso de los minutos y la llegada del cansancio, el partido se aletargó. Circulaciones más lentas, presiones menos asfixiantes o imprecisiones impropias de este tipo de jugadores, bajaron el ritmo el choque.

Con el Arsenal sin energía, el PSG se creció. Tanto que Barcolá la tuvo para sentenciar al Arsenal, pero cruzó demasiado su disparo y lo envió fuera.

El partido estaba visto para sentencia. Los de Luis Enrique se volvieron a París con una golosa ventaja mientras que los de Arteta deberán barajar otras opciones para sortear a Donnarumma en el Parque de los Príncipes.