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LaLiga EA Sports 25-26 | Resultados de los partidos del sábado 25/10/25

Iniciado por melli77, Oct 26, 2025, 09:32:58

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Girona – Oviedo (3-3)

Montilivi vivió este sábado uno de esos partidos que hacen que el fútbol sea tan bonito como cruel. Porque sí, el Girona y el Oviedo firmaron un 3-3 que fue un espectáculo de emociones, pero que no le sirve de mucho a ninguno. Ambos siguen en la parte baja de la tabla, con el agua al cuello y la sensación de que cada vez que acarician una victoria, el destino les mete una zancadilla. La tarde comenzó torcida para los de Míchel. El Oviedo se adelantó primero con un penalti de Viñas, muy discutido por el Girona, pero claro tras revisión de VAR: Álex Moreno saltó con las manos demasiado arriba y rozó el balón. Viñas no se puso nervioso y lo clavó arriba, lejos del alcance de Gazzaniga. Y por si fuera poco, Rondón amplió distancias en el 58' con un cabezazo potente tras un córner de Colombatto. 0-2. Silencio en Girona. Solo se escuchaba a los valientes oviedistas desplazados.
Pero esto es el Girona. Y si hay un jugador que representa la resistencia charrúa en Montilivi, ese es Cristhian Stuani. En su primer balón, metió miedo. En el segundo, provocó un penalti clarísimo de Dendoncker, y él mismo se encargó de transformarlo. 1-2, minuto 64. Partido nuevo. A partir de ahí, el Girona fue un huracán. Ounahi empató con un golazo desde fuera del área en el 83' que pilló a contrapié a un Escandell que venía de ser imbatible. Y luego llegó la jugada más polémica: nuevo penalti a favor del Girona, provocado también por Ounahi. ¿El encargado? Cómo no: Stuani, que firmó su doblete y la remontada (3-2). El estadio se venía abajo. La grada lo celebraba como si se hubiera ganado la Champions. Pero aún faltaba el giro final. Cuando el Oviedo parecía hundido, Luis Carrión colgó el último balón con todo el equipo arriba. Centro de Reina, Nacho Vidal remata y Gazzaniga la salva como puede, pero el rechace le cae a David Carmo, que no perdona. Minuto 97 y el 3-3 en el marcador. Desconcierto total. Otra vez, el Girona se deja puntos al final. Y el Oviedo vuelve a regalar una ventaja de oro. El Girona remontó dos goles y no ganó. El Oviedo marcó tres fuera de casa y tampoco. Entre fallos defensivos, decisiones precipitadas y momentos de brillantez, el partido fue una locura total, pero nadie sale reforzado. Eso sí, los espectadores neutrales lo gozaron. Ya van once partidos sin victoria en la élite para Luis Carrión: nueve con Las Palmas, dos con el Oviedo. No levanta cabeza. El técnico carbayón buscó fórmulas distintas, como colocar a Fede Viñas en banda, pero al final, los viejos demonios volvieron a aparecer. Y Míchel, pese a tener más iniciativa, sigue sin encontrar regularidad. Así, la permanencia se aleja un poco más.

Espanyol – Elche (1-0)
Cornellà-El Prat vivió este sábado una de esas tardes que se quedan grabadas. El Espanyol celebraba su 125 aniversario y, como no podía ser de otra forma, lo hizo a lo grande: con tifo, fuegos artificiales, himno a capela, mosaico y, lo más importante, una victoria por la mínima ante un Elche valiente. El gol lo firmó Carlos Romero, que ya tiene su lugar en la historia perica. Tres puntos que permiten al equipo colocarse en zona Champions, con números de equipo serio: cinco victorias, tres empates y solo dos derrotas en diez jornadas. El arranque fue de alta tensión, como suele pasar en los partidos grandes. Antes del minuto 1, Jofre ya había probado a Iñaki Peña, que hizo una parada de reflejos. El Elche respondió rápido con un tiro de Germán Valera que atrapó Dmitrović. Y así fue buena parte de la primera parte: ida y vuelta, ritmo y dos porteros que parecían de videojuego. En el minuto 21, en pleno homenaje a Dani Jarque con el estadio aplaudiendo, Pere Milla estuvo a punto de firmar un golazo de tacón, pero Peña volvió a volar. Fue un gesto precioso que merecía acabar en la red, pero el fútbol a veces es así de cruel. El susto llegó unos minutos después, cuando se paró el partido por una emergencia médica en la grada. Los servicios sanitarios actuaron rápido y el aficionado fue evacuado en silla de ruedas. Aplauso unánime del estadio y partido que siguió con un nudo en la garganta.
El guion de tarde mágica lo escribió Carlos Romero. Minuto 47. Dmitrović ataja un balón, lanza rápido, Edu Expósito la pone al espacio y Romero, como una moto por la izquierda, define cruzado tras una pared de lujo. El estadio se vino abajo. Pero como al Espanyol siempre le gusta meterle algo de drama a la película, el héroe se lesionó minutos después, tirándose al suelo con molestias musculares. Se fue ovacionado, sabiendo que había hecho el gol de su vida. El Elche no se rindió. Eder Sarabia metió a Mendoza, Rafa Mir, Álvaro Rodríguez, Josan... todos al ataque. Empujaban, pero el Espanyol, cada vez más atrás, se defendía con orden y un portero en modo muro. Dmitrović atrapó centros, despejó tiros, y hasta el final fue una garantía. Luego llegó la falta peligrosa que André Silva mandó arriba, y un par de chuts que hicieron contener la respiración en Cornellà. También hubo una contra final con Dolan a punto de hacer el 2-0, pero esta vez no hizo falta más. El 1-0 valía oro. El nuevo presidente, Alan Pace, vivió su primer partido oficial como máximo mandatario desde el palco, y no se le podía pedir un estreno mejor. El Espanyol ganó, sufrió, emocionó y cerró su fiesta con una vuelta de honor para la afición. 18 puntos en 10 partidos. Dos más que en toda la primera vuelta de la temporada pasada. En silencio, con trabajo y sin hacer ruido, el Espanyol se ha convertido en uno de los conjuntos más fiables de esta Liga.

Athletic – Getafe (0-1)
San Mamés no fue el fortín de otras noches. Esta vez, el Getafe se plantó en Bilbao con el plan de siempre de Bordalás, ejecutado al milímetro: presión alta, líneas juntas, cero concesiones y una pizca de pegada. Con eso le bastó para llevarse los tres puntos de un partido espeso, rocoso y con más fricción que juego. El único gol del partido llegó en el minuto 76, tras un rechace que Borja Mayoral no desaprovechó. El Athletic, sin ideas ni electricidad, acabó frustrado... y San Mamés lo despidió con una sonora pitada al árbitro. Desde el primer minuto quedó claro que el Getafe no venía a verlas venir. Presión alta, defensa ordenada y dos líneas que se movían al ritmo que marcaban Djené y Maksimovic. Aunque sobre el papel figuraba una línea de cinco, el dibujo real fue un 4-4-2 sólido, con Iglesias tapando por banda y mucha atención a las segundas jugadas. El Athletic no estuvo cómodo en ningún momento. Ni Sancet ni Nico Williams aparecieron, y eso lo sintió todo el equipo. Con los de Valverde atascados, el partido se fue cocinando a fuego muy lento. En la primera parte, apenas una ocasión clara: Sancet remató con intención y David Soria sacó una pierna salvadora para mantener el empate. Con el paso de los minutos, el ambiente se fue tensando. El Athletic quería, pero no podía.
Guruzeta lo intentó sin suerte al poco de arrancar la segunda mitad, y Valverde probó con triple cambio: Vesga, Robert Navarro y Maroan al campo para buscar algo de claridad. Pero el Getafe seguía firme, cortando líneas y desactivando cualquier intento rojiblanco. Bordalás, por su parte, introdujo a Mario Martín y preparó el terreno para el golpe final. Sabía que el Athletic acabaría dejando algún espacio, y que su equipo llegaría vivo al tramo final. Así fue. Minuto 76. Córner al segundo palo, remate de cabeza de Liso, gran parada de Unai Simón... pero el rechace quedó muerto y ahí estaba Borja Mayoral, atento y letal. El delantero azulón no perdonó y firmó el 0-1, un gol que vale su peso en oro en un campo como San Mamés. Con el tanto en el marcador, el Getafe se encerró con todo, y el Athletic, lejos de reaccionar, se diluyó. Lo más llamativo fue una nueva polémica arbitral: Díaz de Mera expulsó a Lekue... ¡cuando ya estaba lesionado en el banquillo! San Mamés estalló, pero no hubo milagro.

Valencia – Villarreal (0-2)
El Villarreal se impuso por 0-2 en Mestalla en un derbi muy espeso y con final muy caliente, donde lo más claro no fue precisamente el juego, sino los pitos. Porque el estadio acabó harto. Harto del arbitraje, sí, pero sobre todo de su equipo. Un penalti dudoso sobre Gerard Moreno -muy protestado por el público y un gol de Comesaña tras una buena contra acabaron de encender a una grada que llevaba rato mascando la decepción. La primera parte fue difícil de digerir. Lenta, trabada y sin apenas ocasiones, salvo alguna acción aislada. Al menos hasta ese penalti discutidísimo de Copete sobre Gerard Moreno al filo del descanso que lo cambió todo. El capitán amarillo lo convirtió con clase, mientras Mestalla se venía abajo en una sonora protesta contra el árbitro.

En la segunda mitad, el Valencia salió con más ganas, presionó arriba y rozó el empate con un centro envenenado de Rioja que casi se cuela tras un mal despeje de Foyth, pero no tuvo puntería ni colmillo. Y como ya ha pasado más de una vez, al final fue el Villarreal el que pegó de verdad. Una buena transición acabó con un primer disparo de Mikautadze que Agirrezabala sacó como pudo, pero el rechace le cayó a Comesaña, que empujó a la red el 0-2 definitivo. A partir de ahí, los de Corberán apenas inquietaron. Danjuma tuvo una muy clara tras un error grosero de Cardona, pero ni por esas. El Villarreal, ordenado y paciente, defendió bien y contragolpeó con cabeza. Mestalla acabó desquiciado. Porque más allá del penalti, lo que enfadó de verdad fue la sensación de impotencia. El equipo ché sigue sin chispa, sin imaginación arriba y con demasiadas dudas atrás. Una derrota dolorosa en un derbi que volvió a teñirse de amarillo.

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