Zona Satelite!!

El Girona se llevó la primera victoria de su historia en la Champions League tras derrotar por un cómodo 2-0 al Slovan Bratislava. Un choque donde los pupilos de Míchel fueron superiores y merecieron los tres puntos de principio a fin. Eso sí, no necesitaron mucho brillo para solventar el encuentro gracias a los goles de Miguel Gutiérrez y Juanpe, aunque sí que se apreció una cierta espesura en la zona ofensiva.

Hay veces que la vida te tiene preparados momentos únicos, irrepetibles y con los que has soñado en infinidad de ocasiones. Algo así, pero en forma de victoria, llevaba mucho tiempo esperando el Girona, que rozó su primer triunfo de su inexistente historia en la Champions en las dos ocasiones previas a este duelo, pero que se le acabó escapando. Esta vez, el destino le tenía preparado a los de Míchel un final distinto y ante su afición.

El comienzo del choque fue sosegado y sin demasiados sobresaltos. El Girona, fiel a su estilo, se hizo con la posesión de la pelota y trató de generar peligro a través de largas posesiones, así como de jugadas maduradas y con mucha presencia por las bandas. Todo lo contrario que su rival, que abogó por esperar y salir al contragolpe. Así lo demostró en la primera ocasión del partido, en el minuto 4 y con un latigazo de Ignatenko desde la frontal que se quedó en nada.

El partido no estaba siendo una oda al fútbol de ataque, al menos, no se tradujo en ocasiones claras. De hecho, para observar una de peligro del conjunto dirigido por Míchel hubo que esperar hasta los 18 minutos. La enganchó sin caer Yangel Herrera, pero su chut se estrelló en el cuerpo de Kashia. Además, tampoco consiguió llegar al rechace Stuani.

Si algo está azotando verdaderamente al Girona en este comienzo de temporada, eso son las lesiones. El cambio de ciclo con respecto a la temporada anterior se ha visto incrementado con un aluvión de lesiones para el conjunto gerundense. De hecho, para este partido solo contaba con 13 fichas del primer equipo. Pues bien, en el 22', Iván Martín se echó al suelo, aquejado de unos problemas musculares, y tuvo que abandonar el campo.

Se fue animando el Girona en la recta final de la primera parte. Danjuma fue uno de los más activos para los locales, pues la mayoría de las internadas en el área rival nacían de sus botas y por su banda. Sin embargo, hubo tiempo para que el Slovan Bratislava le metiese el miedo en el cuerpo al Girona. Pase filtrado al interior del área para la incorporación de Blackman, que ajustó su disparo, pero se le fue demasiado desviado.

Fue entonces cuando, en el minuto 42, el Girona encontró el premio a tanto esfuerzo. Apuró línea de fondo Danjuma, que le hizo un roto a Blackman y la puso atrás para la entrada de Miguel Gutiérrez que, totalmente solo, remató la pelota al fondo de la red para colocar el 1-0 en el marcador. Con este resultado se llegó al final de los primeros 45 minutos. Un cuadro gerundense superior y mandando en el electrónico, aunque, quizás sí, dando la sensación de que podía haber hecho aún más, sobre todo, de cara a puerta.

Se propuso salir con otra actitud el Slovan Bratislava en la segunda mitad, aunque la realidad fue que el Girona siguió llevando el guion del partido. Así, Danjuma pudo hacer el 2-0, pero Takak le metió una buena mano abajo para evitar el gol. Algo que volvería a hacer poco después, esta vez a Miovski y por arriba, dejando claro que él estaba siendo de lo poco salvable de su equipo esta noche.

El Girona mantuvo la posesión del esférico controlada en todo momento y, cuando la perdía, los de Míchel salían raudos y veloces a recuperarla. Así pues, la seguridad que transmitieron en todo momento fue certera.

Poco a poco, el partido fue entrando en su recta final, pero el Girona no terminaba de sentenciar. Sin noticias del Slovan en ataque, los locales buscaron un 2-0 que llevase la tranquilidad absoluta a las gradas de Montilivi.

Algo que llegó, y de qué manera, en el minuto 73 por mediación de Juanpe. Se animó el central desde la frontal y mandó el esférico al fondo de la red, haciendo totalmente inútil la estirada de Takak para evitar el tanto.

El choque entró en sus últimos minutos y la calma se había apoderado de Montilivi. Una tranquilidad que terminó de romperse en el minuto 87, cuando el colegiado del encuentro señaló el punto de penalti tras una mano dentro del área. Stuani se propuso ampliar la renta y asumió la responsabilidad, aunque el capitán tiró a la derecha y el meta rival le adivinó la intención con una espectacular mano abajo.

Fue un mal menor, pues el marcador ya no se iba a mover más, y eso que el Slovan dio dos pequeños sustos, pero que acabaron en nada. Un recuerdo imborrable y perenne para  todos los aficionados del Girona tras una temporada pasada completamente histórica.