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El oro de cada noche estrellada

Iniciado por melli77, Oct 23, 2024, 09:31:13

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El Real Madrid remontó y humilló al Borussia Dortmund con el 5-2 en el marcador de la tercera jornada en la fase de Liga de la Champions League. El conjunto de Nuri Sahin se plantó con el 0-2 a favor al descanso gracias a los goles de Donyell Malen y Jamie Bynoe-Gittens, pero su decisión de introducir a Waldemar Anton desembocó la tormenta perfecta de los blancos. El 'hat trick' y la media hora final de Vinicius Júnior justificaron por qué recogerá el Balón de Oro el próximo lunes en París. Antonio Rüdiger y Lucas Vázquez se sumaron a la fiesta anotadora.

2 goles en 4 minutos. 2 largueros en la misma jugada. Un cambio que significó todo. 5 dianas en algo más de media hora y un hombre preparado para entrar en la historia. Un guion de película propia de las producciones del Real Madrid, que pasó del 0-2 en contra al descanso al 5-2 a favor en el duelo frente al Borussia Dortmund de la tercera jornada en la fase de Liga de la Champions League. Vinicius Júnior acumuló el oro de cada noche estrellada del campeón de Europa para gritar a los 4 vientos el galardón que recogerá el próximo lunes en el Théâtre du Châtelet de París.

El conjunto de Carlo Ancelotti se aferró a lo que mejor sabe hacer: resucitar. Porque hasta el Santiago Bernabéu le dio por muerto en el camino hacia vestuarios por los tantos de Donyell Malen y Jamie Bynoe-Gittens. El fútbol volvió a ejemplificar que el más mínimo detalle desemboca la mayor de las tempestades. La que dirigió el futbolista brasileño, autor de un 'hat trick', y a la que se sumaron Antonio Rüdiger y Lucas Vázquez en el plano realizador. En el de la meritocracia, Kylian Mbappé se disfrazó de '10', Eduardo Camavinga oxigenó la épica y Rodrygo Goes dejó su huella.
En Malen está la virtud

El plan inicial de los blancos no convenció a los presentes. Una imagen que, por momentos, recordó a la final de Wembley. A su primera mitad. Fue el rival quien llevó la voluntad conforme el paso de los minutos con 2 ejes que sustentaron la balanza: Julian Brandt y Felix Nmecha. Nuri Sahin renunció a Emre Can para ganar calidad en las piernas con el '8'. Y con esto como base, en Donyell Malen está la virtud. El verdadero detonante que enmudeció Chamartín en cuestión de 4 minutos. Viendo portería y asistiendo porque le daba la risa el doblete en su cuenta particular.

Lucas Vázquez no acertó en la salida desde su propia área y el cerebro alemán del brazalete encontró a Serhou Guirassy. El delantero de moda en la Bundesliga, atrapado en las redes de la zaga rival, tuvo el descaro suficiente como para tirar de calidad y apartar del camino a Antonio Rüdiger y Ferland Mendy con un recurso de quilates. El que habilitó al neerlandés en el mano a mano ante Thibaut Courtois. Con la calma del 'killer' y la sangre congelada, definió por alto para alcanzar el fondo de las mallas. Campanada y 0-1 a la media hora de encuentro. Pero claro, la cosa no quedó ahí.
Doble pesadilla, larguero al cuadrado

4 minutos. Ese fue el tiempo que necesitó el Borussia Dortmund para sacar la calculadora y multiplicar por 2 para agravar el problema del Real Madrid. Con la personalidad de provocar la doble pesadilla y la fortuna de ser salvado por el larguero al cuadrado. Por partes. Donyell Malen, en su empeño de revolucionar la Champions League, caracoleó a Ferland Mendy y salió hacia su derecha apurando línea de fondo. Acción magistral para sacar la entrega de la muerte hacia la presencia de Jamie Bynoe-Gittens. En el segundo palo, libre de oposición y preparado para armar el lío. 0-2.

La reacción local fue inmediata con un testarazo tímido de Jude Bellingham que concluyó en los guantes de Gregor Kobel. Pero el punto de inflexión llegó 180 segundos después de la actualización en el luminoso. Antonio Rüdiger localizó en largo a Rodrygo Goes, quien improvisó un control de espaldas catedralicio para perfilarse hacia su zurda. Y cuando vio en su retina el 1-2, apareció el travesaño para negarle la felicidad. Al igual que al '5' inglés en la prolongación. Ante las circunstancias, Carlo Ancelotti se presentó al examen de la asignatura 'Cómo cambiar un partido al descanso'.

Sahin, lección aprendida

Sin embargo, fue Nuri Sahin quien se marchó con la lección aprendida del Santiago Bernabéu. No puedes retroceder en el minuto 55 quitando al autor de tu segundo tanto para colocar a otro central. Y más cuando tu rival ni se planteó la idea de mover el banquillo. Se aferró al aura que desprende Chamartín en cada cita europea. Con Waldemar Anton en liza, todo cambió. Y el proceso de la transformación arrancó con el testarazo inexpugnable de Antonio Rüdiger al centro desde la derecha de Kylian Mbappé. El '9' no solo se dedica a sus deberes, también cumple los del '10'.

El 1-2 se presentó en sociedad cumpliendo la hora de contienda. 120 segundos después, el gran protagonista entró en escena. Nada de ruidos mínimos, grandes alborotos. Antes de la locura y el desenfreno, el '7' tuvo la calma suficiente para aprovechar la combinación de Luka Modric con el astro de Bondy. Pase de la muerte y solo tuvo que empujar el cuero hacia su destino con el 2-2. A partir de aquí, todos los testigos e incluso los protagonistas fueron conscientes de lo que, tarde o temprano, iba a pasar. La obra no iba a quedarse a mitad del resultado. Atentaba contra la narrativa.
Vinicius, es todo tuyo

La historia contó el 3-2, aunque con la mala consecuencia de los problemas físicos de Rodrygo Goes. Su lugar lo ocupó Aurélien Tchouaméni. El caso fue que Lucas Vázquez, retratado en las imágenes de los goles visitantes, vio luz al final del túnel aprovechando una combinación no deseada con Julian Brandt para plantarse solo y fusilar a Gregor Kobel. Y ya con el 4-2, se puede decir: Vinicius Júnior, es todo tuyo. Después de ver la galopada desde campo propio sorteando oponentes como si de troncos se trataran para cruzar el remate raso al palo largo, no existe otra opción viable.

El galardón redondo con el que se accede a la historia del fútbol tendrá dueño el próximo lunes en el Théâtre du Châtelet de París. Lo será el jugador que recogió el oro de cada noche estrellada en la que el Real Madrid disputa un encuentro de Champions League en el Santiago Bernabéu. Sí, el mismo que en el tiempo de añadido acabó con la verticalidad de Pascal Gross y la cadera de Waldemar Anton para embellecer el 5-2 definitivo. El broche perfecto del último encuentro previo al momento que cambiará su carrera deportiva para siempre. El líder que ya tiene su corona preparada.


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